El mito del Trol Anónimo por Violet Hargrave

Una gran abundancia de artículos nos dice que las redes sociales sufren de un gran «problema de troles».

Hay un poco de confusión sobre lo que realmente es tener un «problema de troles». Con personas privilegiadas que confunden por qué las víctimas no pueden «ignorar a un poco de personas gritándoles cosas sin sentido». No estamos ni cerca de llegar a un nivel de discusión sobre qué tan repugnantes son los comentarios resaltados en artículos de este tema que están acompañados por la policía golpeando las puertas después de recibir llamadas sobre «ejecutar rehenes», amenazas de muerte a personas ancianas, servicio de protección a niñas llamados a investigar alegatos de abuso de hermanas/primas/niñas, o el favorito de siempre de las empleadoras: ser bombardeada con llamadas y correos electrónicos acusando a las víctimas de cada acto desagradable hasta que la víctima sea despedida sólo para callarlas.

Aunque estos aspectos que ponen en peligro la vida, que son temas delicados, y cuestan encontrarles soluciones fáciles como estar detrás de departamentos policiacos oxidados, o la animosidad de usar celulares prepago desechables y correos electrónicos falsos. La única cosa en la que todas parecen estar de acuerdo es que las redes sociales deberían integrar políticas donde todas deben registrarse bajo un nombre real, porque tratar de hacer que los perfiles anónimos sean responsables es imposible.

Desafortunadamente, esta solución tan obvia no se acerca a la realidad de resolver estos problemas. Cualquier víctima de un ataque similar le dirá lo mismo y también sociólogas y expertas en prevención de abuso lo explican en conferencias.

Primero que nada, las personas «troles» no son anónimas. Hay varias técnicas en el arsenal de tácticas de un abusador serial que involucran registrar una gran cantidad de cuentas falsas y usarlas todas para enviar mensajes similares, para conducir un ataque de DDoS, atacar o acosar empleadas con «correos electrónicos de campaña masivos», pero todas esas cuentas son desde su concepción desechables, sin la intención de ser usadas nuevamente por ser o no expulsadas de un servicio y no hacen un porcentaje significativo de las actividades de una campaña de acoso. Las fuentes persistentes de abuso, las organizadoras, los acosadores, los que les encanta el espectáculo y compiten entre sí para ver quién le hace la «publicación» o provoca la reacción más fuerte, casi siempre haciéndolo bajo su nombre real, o por lo menos en un nombre profesional que no pueden simplemente salirse.

En muchas ocasiones, las personas que orquestan este tipo de campañas, viven financieramente de esto. Sitios de «crowdfunding» como Patreon están llenos de «personalidades de internet» que producen videos de 4 horas de YouTube que consisten en nada menos que un neonazi mirando fijamente una cámara y entregando monólogos sobre los crímenes imaginados de víctimas elegidas arbitrariamente, o republicand/o videos de feministas y otras activistas sociales, pausando después de cada oración para hacer un «contrapunto» laberíntico. Este es un negocio enormemente lucrativo para algunos, que genera miles de dólares cada mes ⁴⁵ entre anuncios y donaciones basadas en suscripciones. Esto, por supuesto, además del respaldo financiero millonario neonazi Palmer Luckey ⁴⁶.

Aquellas personas que no tienen la inteligencia o el impulso para monetizar su odio necesitan sus nombres adjuntos para satisfacer sus egos. Twitter, en particular, está lleno de monstruos asquerosos que hacen juegos de acoso, manteniendo un puntaje por la cantidad de mujeres que han sido bloqueadas, o la cantidad de tweets que obtuvieron antes de que un objetivo dejara de responderles. Otros, como el misógino egoísta Markus Persson ⁴⁷, o intolerantes con mentalidad de genocidio como Cathy Brennan ⁴⁸, parecen tener una perversa alegría en cuanto a cuántos de sus seguidores atacarán a un objetivo después de nada más que un dedo apuntando y una muestra de desaprobación.

Mientras tanto, son las víctimas de esos ataques que sufren más los esfuerzos de «combatir anonimidad». La política de Facebook de nombres reales ⁴⁹ es abusada para cerrar constantemente los perfiles de personas afrodescendientes, personas trans, y aquellas que publican bajo pseudónimos, específicamente para evadir el tipo de acoso que la misma política trata de prevenir. Las mujeres trans menores de 40 años son excepcionalmente propensas a pasar años explorando su verdadero género a través de juegos de rol antes de hablar con amistades y familiares, particularmente juegos en línea como World of Warcraft. Las comunidades de videojuegos en línea son notorias por la queerofobia y la misoginia violenta ⁵⁰, por lo que cuando Blizzard Entertainment instituyó una política que relacionaba las cuentas con nombres legales, la asombrosa cantidad de jugadoras trans se vió repentinamente expuesta, y las mujeres cis y trans, que ya enfrentaban abusos y acoso en el juego, repentinamente tuvieron que lidiar con que sus nombres estaban disponibles para ser buscadas en cuentas de redes sociales y domicilios particulares.

Esto a su vez se relaciona con los aspectos más peligrosos de los «problemas de troles». Incluso sin la ayuda de políticas de nombres reales, descubrir las informaciones de contacto de las víctimas para una mayor escalada es una gran prioridad para las campañas de acoso. Tomemos el caso de Sarah Nyberg ⁵¹, una joven sin pretensiones que habla seudónimamente sobre los comentarios transfóbicos que recibió en Twitter ante una audiencia modesta. Después de más de un año de abusos tradicionales, los «troles» pusieron en peligro la seguridad del servidor que alojaba una antigua imagen de usuario suya, descubrieron su nombre real, luego usaron búsquedas en Facebook y sitios web de ascendencia para investigar a toda su familia extendida y públicamente acusarla de abusar sexualmente a su pariente vivo más joven.

Tales esfuerzos para despojar a las víctimas de su anonimato (a menudo referido como «doxxing») frecuentemente se coordinan por medio de sitios dedicados de acecho, como 8chan's / baphomet / board ⁵², o Kiwi Farms ⁵³. Los sitios de redes sociales rutinariamente se niegan a tratar los enlaces a estos sitios como acoso, afirmando que solo tienen jurisdicción sobre lo que ellos personalmente hospedan, pero tienen excusas similares cuando la información personal de las personas se expone directamente a través de sus servicios.

Personalmente, he estado inundada durante meses con tweets de usuarias que anuncian sus vínculos con Kiwi Farms, gritando nombres y adjuntando fotos de varias personas de las que creen que soy secretamente. Cuando informo sobre esto, la respuesta de Twitter es que solo eliminarán las publicaciones si puedo proporcionarles identificaciones con foto, demostrando que realmente soy cada uno de estos hombres al azar. Ahora se está acosando a inocentes al azar en un esfuerzo por atacarme, y la única acción que la plataforma está dispuesta a tomar sería confirmar a mis acosadores que finalmente adivinaron el nombre correcto si les proporcioné la verificación.

¿Cómo, entonces, una podría preguntarse, estos nefastos acosadores evitan las consecuencias repetidamente de encabezar, si no con frecuencia, campañas de odio y abuso contra personas inocentes? ¿Campañas tan severas como para poner fin a carreras, obligar a las personas a esconderse y capturar la atención de los medios internacionales? No es que sean anónimos. Tal vez sus alborotos no son una prioridad tan alta como otros? No es el caso. Después de haber revisado personalmente decenas de miles de casos de abuso denunciado, los delincuentes que incurren en delitos menores y de primera vez son mucho más propensos a ver que se tomen medidas contra ellos que los reincidentes de alto perfil.

Quizás entonces, ¿hay circunstancias atenuantes? ¿Excepciones para personas con gran fama sin relación a sus campañas de abuso? Eso sin duda explicaría por qué Persson recibe un pase, vendiendo la compañía detrás de Minecraft por una absurda suma de dinero antes de retirarse a su estilo de vida actual para derrotar a las mujeres a las que se refiere alegremente con la obscenidad más indescriptible del país que actualmente llama hogar. También cubriría la falta de consecuencias para Adam Baldwin, el actor de la lista C que dió nombre a la campaña de abusos más famosa de la historia al referirse a lo que entonces se llamaba «The Quinnspiracy» con el hashtag #gamergate ⁵⁴. Tal vez perdonamos todos los extraños abusos y fotos de ardillas colgando boca abajo por los testículos porque lo recordamos como Jayne en Firefly.

Si ese fuera el caso, no dejaría a Brennan fuera del alcance. Toda su vida gira en torno a la persecución vengativa y peligrosa para la vida de las mujeres trans. Y sin duda no excusaría al verdadero creador de Gamergate, Eron Gjoni, un hombre cuyo derecho a la fama en la vida es reclutar un ejército de neonazis honestos para castigar a una mujer a la que solía golpear en la cara por terminar con él, y continuar dirigiendo sus ataques a medida que se convirtieron en un grupo de odio de propósito general responsable de tanto abuso y ruina sin sentido que los gobiernos de varios países han redactado una nueva legislación en respuesta directa. Una razonablemente asumiría que, al menos, sería suspendido de los sitios de medios sociales específicamente llamados en la orden de restricción emitida contra él. Sin embargo, allí está, bajo su verdadero nombre, dirigiendo esfuerzos financiados por el crowdfunding para continuar atormentando a las mismas víctimas.

Twitter considera que el acoso y el abuso son ejemplos de «participación activa» que impulsan los ingresos publicitarios y recompensan directamente a algunos de los peores delincuentes con un trato especial. Mientras que finalmente hicieron una gran demostración pública de suspender la cuenta principal de Milo Yiannopoulos, un delincuente tan exagerado, descarado y claramente peligroso como para ser esencialmente un villano de dibujos animados, esto se hizo simplemente como un gesto simbólico frente al golpe masivo contra Twitter como compañía por su campaña contra la actriz Leslie Jones ⁵⁵.

Antes de su prohibición, Yiannopoulos fue el tema específico de muchas reuniones, discutiendo literalmente miles de casos bien definidos en los que exhibía comportamientos inaceptables según cualquier estándar. Intencionadamente poniendo en peligro la vida de las mujeres que sospecha que son trans, atacando a su personaje con historias completamente falsas de abuso de drogas y peligro para niñas, compartiendo fotos sexualmente explícitas de adolescentes, animando a las personas a visitar sitios de pornografía infantil y una vez distribuyendo una foto de la hermana muerta de la víctima con una bandera nazi agregada al fondo.

La triste verdad del asunto es que los sitios de redes sociales disfrutan activamente albergando este tipo de campañas de acoso en serie. Públicamente, por supuesto, constantemente hacen declaraciones en contrario, afirmando su compromiso con la seguridad y la decencia, y anunciando asociaciones formales con organizaciones contra el abuso para ayudar a limpiar la casa. Dado eso, francamente sería absurdamente cínico suponer que aman en secreto a sus hordas de troles.

Sin embargo, como sucede, no necesitamos especular. Confidencialmente me impiden entrar en detalles, pero los detalles de las reuniones llevadas a cabo dentro de estas «asociaciones» revelan qué tipo de casos de abuso de alto perfil se les ha señalado a puerta cerrada, las excusas patéticas dadas para no actuar sobre ellas, y las razones honestas que surgen cuando salen. Muchos de los detalles sórdidos también están disponibles públicamente.

Las fundadoras de Reddit han admitido, en discusiones públicas sobre sus operaciones internas, introducir «gold» como una forma de avivar las llamas del abuso en el sitio mientras se benefician de él, y eligieron expulsar a un CEO ⁵⁶ en lugar de cerrar foros abiertamente dedicados a la supremacía blanca, con nombres absolutamente indescriptibles ⁵⁷.

Twitter considera estas acciones y las fuentes de odio originadas por multitudes que son vitales para la rentabilidad del sitio, generando enormes picos de visualización de páginas y exposiciones publicitarias asociadas, llegando incluso a promover los «artículos» de Yiannopoulos como «noticias principales» relacionadas con su objetivos.

Facebook es notorio por permitir la intolerancia y silenciar a las activistas ⁵⁸ a través de sus características, culpándolas de los defectos del sistema, pero patrulla activamente incluso por los más ligeros ataques contra fanáticas peligrosas ⁵⁹.

El problema nunca ha sido que el anonimato permita a las personas abusivas evitar las consecuencias. Simplemente no hay consecuencias para las personas abusivas.