En este proyecto se analiza el papel del periodismo en Europa en los últimos años. Hay muchos factores a tener en cuenta como la legislación de cada país, el aumento de las noticias falsas, el intrusismo laboral, la calidad de los informativos y de los diferentes programas de televisión y radio, la considerable bajada de ventas de diarios… Además, es interesante hacer una comparación con la última publicación de Reporteros Sin Fronteras, pues analiza los niveles de libertad de prensa de cada país.
El periodismo sufre en los últimos años, debido a múltiples causas, un aumento de bulos y de mentiras que penetran en medios importantes. Además, la difusión de estos es mucho mayor por el papel y la consideración actual de las redes sociales.
Por otra parte, dentro del papel del periodismo en Europa en los últimos años, es muy importante ver que la libertad de información no es la misma en todos los países. Además, la vida de los y las periodistas, dentro de que estos tienen una consideración diferencial en cuanto a la ley, a veces sigue corriendo peligro.
Para ilustrarlo, podemos hacer referencia al estudio anual de Reporteros Sin Fronteras. En él, se hace un ránking pormenorizado anualmente de los países del mundo clasificados de mejor a peor situación de la libertad de prensa. Pese a que a nivel mundial sería interesante analizarlo, vamos a centrarnos en la situación europea. A primera vista, el mapa europeo se traza de los colores amarillo y blanco, correspondientes respectivamente con “Situación más bien buena” y “Buena situación”. Sin embargo, en Europa del Este predomina el naranja (“Problemas significativos”) y además hay tres manchas rojas que penetran en el mapa europeo.
Estos tres países que se enmarcan en “Situación difícil” son Bielorrusia en el puesto 158, Bulgaria en el 112 y finalmente Rusia en el 150. En total, la lista la componen 180 países. Siendo los que la encabezan
- Noruega,
- Finlandia y
- Suecia, los tres europeos. España, por su parte, ocupa el puesto 29 de a lista y se añade al mapa de color amarillo.
En conclusión, lo cierto es que no hay ningún país de color negro (“Situación muy grave”) en el mapa europeo, sin embargo, el amarillo, el naranja y el rojo indican que queda mucho camino por recorrer para poder hablar de una limpia libertad de información en Europa.